Dolce Calma nació de la pasión por los sabores extraordinarios y de la convicción de que el chocolate debe ser más que simplemente dulce; debe contar una historia de origen, artesanía y cultura. Esta historia comienza en Gaziantep, Turquía, cuna de los pistachos más preciados del mundo. Conocidos por sus granos pequeños, su alto contenido en aceite y su intenso aroma, los pistachos de Gaziantep son apreciados por pasteleros y chocolateros de todo el mundo. Su categoría premium y su carácter distintivo los convierten en el "oro verde" de Turquía. Para complementar su riqueza, los combinamos con chocolate belga Barry Callebaut. Con más de un siglo de experiencia, Barry Callebaut cuenta con la confianza de los mejores artesanos del mundo por su textura suave, sabor equilibrado y excelencia constante. Este chocolate no solo se trata de placer, sino también de precisión y calidad en cada paso, desde el grano hasta la tableta. En Dolce Calma, cada creación se elabora cuidadosamente con estos dos ingredientes excepcionales. Nuestros chocolates son más que dulces: son una experiencia que reúne lo mejor de dos mundos: la audaz herencia de los pistachos de Gaziantep y el refinado arte del chocolate belga.